*από το νέο βιβλίο του Σαράντη Αντίοχου, σε βιβλιοφιλική έκδοση του μεγάλου μαέτρου της βιβλιοφιλίας Segundo Santos EDITOR, με δέκα χαρακτικά του αείμνηστου σπουδαίου χαράκτη Δημήτρη Παπαγεωργίου, αφιερωμένο στη μνήμη του.
*de nuevo libro de Sarantis Antíocos, de la mano de maestro de bibliofilia Segundo Santos EDITOR, con diez grabados de inolvidable gran grabador Dimitri Papagueorguiu, dedicado a su memoria.
“Estas obras son un homenaje, realizado por el editor, el ilustrador y el autor del texto, al libro como objeto bello, a la calidad del papel hecho a mano y de sus materiales, el entramado de la tela de las tapas y el estuche, el color y la cuidada encuadernación. Es decir, un homenaje a aquellos componentes que hacen del libro un objeto artístico”.
EL LIBRO: TEXTO, DIBUJO Y MATERIA
Primero fue la escritura; luego el libro. Primero en forma de rollo y después (el codex) con el formato que hoy usamos. Desde sus orígnes el libro ha sido un soporte creado para transmitir, a través de la escritura, un texto cuyos contenidos son de lo más diverso: poemas, narraciones, historias, estudios técnicos, manuales… Toda la cultura y el conocimiento. Pero también el libro ha sido el transmisor de otras formas de conocimiento: imágines que ilustran o no el relato que contiene. Esta asociación de texto e imagen , es casi tan antigua como la historia misma del libro y de la escritura que, también, es imagen. Hay libros sin imágenes que solo contienen un texto; los hay con texto e imágenes, también existen los que solamente tienen imágenes y los hay sin lo uno ni lo otro, como los cuadernos. Pero estos no son libros aunque tengan su apariencia.
Los libros, con independencia de su contenido, poseen una propiedad común: su condición de objeto material, visible y tangible. Por ello, llamamos libros a estos objetos independientemente de su contenido. Como objeto material, el libro ha sido el soporte de realizaciones estéticas sustentadas en las calidades del material, la textura de sus superficies, su color o sus colores, la tipografía, la ornamentación y su encuadernación. El amante de los libros los admira también por esto. Incluso cabria decir que existen coleccionistas y aficionados que lo que más admiran del libro es su encuadernación. Es decir su calidad de objeto artístico.
Manuel Alcorlo es un amante de los libros. Un pintor que cree firmemente en el valor de la ilustración, como un argumento paralelo del contenido del libro. Leer un libro con sus ilustraciones o, solamente hojear sus dibujos, provoca un impacto y una sacudida en nuestra sensibilidad. Sus ilustraciones son dibujos literarios que traducen a imagen pasajes de un relato. A la vez, introducen en el texto un argumento plástico convirtiéndolo, de alguna manera, en una ilustración explicativa de las imágenes. Alcorlo ha realizado ilustraciones para libros de una gran tirada. Pero también las ha hecho para otros que, por lo reducido del número de ejemplares, son practicamente ediciones únicas. Me refiero a las publicadas en la colección El Manantial de Papel, de Segundo Santos Ediciones de Cuenca.
Cada uno de estos libros tiene su diferencia individual, con las hojas sin la uniformidad que produce el corte a guillotina y dejando ver la textura interior de su interior en armonía con la de las tapas y del estuche. Estas obras son un homenaje realizado por el editor [Segundo Santos], el ilustrador [Manuel Allcorlo] y el autor del texto [Sarantis Antíocos], al libro como objeto bello, a la calidad del papel hecho a mano y de sus materiales, el entramado de la tela de las tapas y el estuche, el color y la cuidada encuadernación. Es decir, un homenaje a aquellos componentes que hacen del libro un objeto artístico
Victor Nieto Alcaide
de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
* intervención en el acto de presentación de los libros de Sarantis Antíocos,
en edición de bibliofilia.
Biblioteca Nacional de España, Madrid, 17 de mayo de 2017.